domingo, 22 de noviembre de 2015

No sin mi peplo

Esta semana hemos estado confeccionando peplos en clase de Fundamentos del Arte I. Hemos desempolvado nuestras barbies, nuestros action man y nuestras brazz y nos hemos dedicado a vestir a nuestras muñecas favoritas a la moda griega.
Barbie con peplo dórico elaborado en clase de Fundamentos del arte I. Foto de Clara Arenas
El objetivo era confeccionar un peplo griego en sus dos versiones: el peplo dórico (con pliegue sobre el torso cayendo con vuelo, llamado colpos) y el jónico, más liviano; y, si nos quedaba tiempo, un himatión y una clámide. El peplo es una prenda que define tanto la vestimenta griega que incluso las pelis basadas en la historia y los mitos griegos se llaman género de péplum.

Concha de nacra con su biso
La indumentaria griega era sencilla y versátil, porque casi nunca se cosían las prendas, sino que consistían,
generalmente, en piezas rectangulares de tela que se ceñían al cuerpo mediante cinturones y prendedores o fíbulas. Aunque en clase hemos utilizado tela blanca de algodón, en Grecia se solían usar otros tejidos, sobre todo la lana, y, según el poder adquisitivo de cada cual, también se usaba el lino, el algodón (que llegaba con cuentagotas desde Oriente) u otros tejidos exóticos, como el biso, elaborado con barbas de unos moluscos muy parecidos a los mejillones llamados nacras, endémicos del mar Tirreno. La seda ya se importaba de China desde el siglo II a.n.e., aunque costaba un riñón.
Paris del frontón del templo de Afaya
Ya hemos visto en Historia de la Imagen Publicitaria que el color juega un importante papel en las sociedades del mundo antiguo, ya que los tintes eran productos de lujo que solo podían permitirse las personas más ricas. Las personas más pobres, por ejemplo, usaban lana sin teñir, y según se iba ascendiendo en el escalafón social las prendas ganaban en color y viveza. De hecho, las esculturas griegas mostraban este colorido con gran fastuosidad, ya que aunque hoy día estas han perdido la policromía, en su día lucían unos colores vibrantes y mostraban tejidos multicolores de gran viveza, denotando con ello riqueza y poder. En clase nos hemos conformado con añadir unos adornos en forma de cenefa con motivos geométricos, lo que se suele denominar con propiedad una greca.
Es curioso comprobar cómo estas prendas siguen pareciéndonos elegantes pese a su sencillez, ya que se trata, en esencia, de simples trozos de tela plegados de diferentes formas. Una propuesta interesante para cuando queramos elaborar un buen disfraz o queramos asistir a una ceremonia estirada y no tengamos nada que ponernos: sábana del ajuar de la abuela plegada de manera inteligente, alfileres, cinturón y punto pelota: a fascinar.

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