Júpiter besando a Ganímedes |
Según nos cuenta el famoso escritor romántico alemán Goethe en su Viaje a Italia, uno de los timos más sonados de la Historia del Arte lo protagonizaron el considerado como el padre de dicha disciplina académica, Johann Joachin Winckelmann y uno de sus pupilos más aventajados, el teórico y pintor Anton Raphael Mengs, quien se convertiría en auténtico dictador artístico de la corte de los borbones en España en el siglo XVIII.
Por aquel entonces el rijoso de Winckelmann, que estaba tan enamorado del arte griego como de las nalgas de los jovencitos barbilampiños, se llevó una decepción con los frescos romanos que por iniciativa de Carlos III se estaban sacando a la luz en Pompeya y Herculano, ya que según el erudito carecían
de la gracia y la prestancia que se suponía que debían tener unas pinturas de tan rancio abolengo.
1ª edición de Hª del arte de la Antigüedad |
Este timo legendario no duró mucho: por iniciativa de los propios falsificadores se destapó el pastel y Winckelmann pasó un mal trago disculpándose ante la comunidad académica por su patinazo, que no fue otra cosa que una broma cruel que parece sacada de los cuentos del Marqués de Sade o de Las amistades peligrosas.
Retrato póstumo de Winckelmann, por Mengs. |
Muy bueno el artículo Jesús Vicente, se aprende mucho de historia de arte con tu artículo y te animo a que sigas subiendo estos posts tan interesantes, un abrazo
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarSin duda haces que la historia del arte sea mucho más interesante.
Gracias y no dejes de regalarnos estas cosas.