En el siglo XVI,
España era en el mundo lo equivalente a
Estados Unidos en el mundo actual. Sin embargo, esta
hegemonía no vino acompañada por el
bienestar del pueblo ni por la
paz, ya que, como estamos viendo en clase, este
Imperio donde nunca se ponía el sol estuvo en
guerra continua contra sus enemigos (
Inglaterra,
Francia, el
Imperio turco y los
protestantes holandeses), lo que esquilmó su economía y le granjeó el odio de media
Europa.
Este
odio fue fomentado como
arma política tanto por los
luteranos y los
calvinistas como por los
rebeldes holandeses o los reyes de los
países enemigos de España, conformando lo que se conoce como
Leyenda Negra, entendida como tal la
propagada antiespañola que presentaba a
Felipe II como un
monstruo sediento de sangre y un
fanático católico dispuesto a exterminar a todo aquel que se opusiera a sus deseos y a los de la
Santa Iglesia.
La
Leyenda Negra arraigó sobre todo en
Holanda, donde los
independentistas denigraron tanto la figura del
Gobernador de
Flandes, el
Duque de Alba, que aún hoy se asusta a los niños holandeses, no con el
coco, sino con el propio
Duque.
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Grabado holandés anónimo de finales del siglo XVI, donde se representa al Gobernador de Flandes, el Duque de Alba, como un tirano sediento de sangre, incluso devorando niños. |
Sin embargo, la
Leyenda Negra no hizo mella en la firme voluntad de
Felipe II excepto en lo concerniente a su
hijo y
heredero, el príncipe
Carlos de Austria.
En efecto, aunque este
crío tenía una cara
angelical (como pudimos comprobar el día 24 de noviembre en nuestra visita al
Museo del Prado, en el famoso retrato del príncipe
Carlos, pintado por
Alonso Sánchez Coello), era un auténtico
monstruito: según los cronistas de la época, disfrutaba
destripando pajaritos, liebres, gatos, etc., y llegó al extremo de
mandar azotar a una niña por puro placer y a
intentar el
asesinato de algunos miembros de la Corte. Su padre, el rey
Felipe, no tuvo más remedio que encarcelarlo cuando descubrió que su
angelito estaba conspirando contra el rey. Una vez encerrado y
apartado de la circulación, el príncipe murió. Según la
versión oficial, se debió a una especie de
huelga de hambre voluntaria; pero las
malas lenguas (entre ellas las del antiguo
secretario y
mano derecha del propio
Felipe,
Antonio Pérez) dicen que fue el propio
Felipe quien ordenó la muerte de su vástago. Según algunos historiadores, es posible que esta
hipótesis sea cierta, porque
Felipe fue un rey con un alto sentido de
hombre de Estado, que ponía el interés del reino por encima del propio. Y, además, fue un hombre torturado por el
remordimiento, como lo demuestra el que llegara hasta el punto de asistir a
varias misas al día y de hacer llevar al
Monasterio de El Escorial (su
residencia oficial y obra cumbre del
Renacimiento español) más de
¡¡7.000!! reliquias de santos y beatos de toda la
Cristiandad.
Y dicen que
quien teme, algo debe.
el error esta en que el hijo de Felipe II, Carlos de Austria no murió debido a una huelga de hambre, sino que se volvió loco se suicidó.
ResponderEliminarLucía Corral Núñez
Sobre la muerte del príncipe Carlos son todo especulaciones, pero es cierto que la versión oficial fue que su muerte fue derivada de una huelga de hambre, seguida de atracones de comida, lo que le produciría un colapso.
ResponderEliminarAsí que el error no es éste.
profe yo creo que el error es que el duque de alba no es felipe II si no un consejero suyo
ResponderEliminarRodrigo Cobaleda 2c
Hombre, eso es verdad, pero en el artículo no dice que el Duque de Alba sea Felipe II...
ResponderEliminarEse retrato de Carlos III en realidad fue pintado por Alonso Sánchez Coello, no por Claudio Coello.
ResponderEliminarAdrián Jiménez 2b
Es cierto el cuadro no fue pintando por Claudio Coelo si no por Alonso Sánchez Coello, pintor de cámara de Felipe II.Impresionante lo de las 7.500 reliquias de santos.
ResponderEliminarHéctor
Herradura de las
Heras 2ºA
OK!!
ResponderEliminarAdrián y Héctor van por buen camino, pero falta un pelín:
Efectivamente, Claudio Coello no pudo pintar ninguno de los cuadros, porque nació mucho después.
Sin embargo, es cierto que Sánchez Coello pintó el cuadro del príncipe Carlos, pero, ¿pintó el de Felipe II que aparece en el encabezado?
Ese cuadro de Felipe II no fue pintado por Sánchez Coello, sino por Sofonisba Anguissola, aunque sí es cierto que Sánchez Coello hizo una copia de la obra. Aunque ha sido recientemente cuando se ha atribuido el retrato real a Sofonisba.
ResponderEliminarAdrián Jiménez 2ºB
EL de arriba no se trata de felipe II si no del mismo Duque de alba que tanto temen los niños de los paises bajos. Se trata de propaganda ilustrada por lo tanto anónima de hacia 1572
ResponderEliminarEl Duque está representado comiendo a un niño con una mano, en la otra sostiene bolsas de dinero; detrás ahy una hidra con las cabezas de Granvela y los cardenales de Guise y Lorena; a sus pies, los cadáveres decapitados del Conde de Egmont y Felipe de Montmorency (Horn); un demonio alado con un rosario le insufla aire al oído con un fuelle; a la izquierda un campesino y a la derecha un burgués, que se lamentan.
Héctor
Herradura de las
Heras 2ºA
ups me equivoque de cuadro bueno igual nunca viene mal saber mas, adri(que siempre se adelanta) tiene razon fue obra de Sofonisba Anguissola.
ResponderEliminarHéctor
Herradura de las
Heras 2ºA
El retrato de Felipe II esta pintado por Alonso Sánchez Coello, 1557
ResponderEliminar(copiado de uno pintado por Sofonisba Anguissola) ubicado en Kunsthistorisches Museum, Viena (Austria).Aunque el autor indicado arriba hizo una copia de la obra.
Javier González Rodríguez 2ºA.
OK, ése era el error. El cuadro ES de Sofonisba Anguissola, aunque hasta hace unos años se le atribuía a Sánchez Coello.
ResponderEliminarRecordad aquello del machismo histórico: ni se les pasó por la cabeza a los entendidos en pintura el que ese y otros maravillosos cuadros fuesen obra de una mujer, así que se lo adjudicaron a su maestro, directamente. Con el paso de los siglos y el cambio de mentalidades, se abrieron algunos interrogantes, se investigó, y se demostró la verdadera autoría del cuadro.
Enhorabuena a los tres (Adri, Javier y Héctor). Aunque ha sido Adrián el que se ha llevado el gato al agua, el esfuerzo se premia.
Y Rodrigo y Lucía también se adjudicarán un 6 en el apartado de trabajos voluntarios, si os parece bien... ;)
Paso a corregir los errores